Nerúdame

Creo que empiezo a entender
lo que la gente dice ser nostalgia:
besos de Neruda que no puedo recitarte
-de hecho, no puedo ni escribir
los versos más tristes esta noche-.
Tu sombra, que no me abandona,
invade por completo mi ser
de telarañas que llevan tu nombre.
Y yo tengo razones para cantarte
las mil y una suertes que te he devuelto
por ser tú, mi más preciado nostálgico deseo.

Te prefiero cuando quiero

He decidido empezar a relativizar.

Que ni los días lluviosos ahogan tanto como parece,

que ni las noches de luna llena ahullan menos penas,

y tampoco el angustioso pip de las 7:15

habla tanto de malos comienzos.

Voy a relativizarlo todo.

Voy a olvidar el 'te quiero': 

ahora más bien te prefiero.

Dejadme confiar en que un día los cristales se evaporarán

Éramos de los que 'mejor no somos nada'.
Nada más que cristalizaciones de miedo
que con calor se evaporan. El antítesis del
amor. La nostalgia pasajera, el distrito 12
de la felicidad, la carrera indiscreta a la
curiosidad, la libertad espaciosa de
nuestras mentes. Y es que a lo mejor sólo
mirábamos el mundo como los poetas:
haciendo bella la sombra de nuestra propia

mirada.

Silencioso hielo

¿Cuándo pretendiste silenciarme?
Si la curiosidad no mata,
sólo grita la inocencia que te arrebata.
Sembraste rabia en mis labios
durante noches de monólogos inesperados.
Mas ¿qué esperaba de un amor de luna nueva?
Invisible, oscuro, vacío,
frío como un invierno sin abrigo.
Casi clandestina de tu mente
conseguí desviar tu atención,
sin embargo mis ojos sollozaron
más silencios que palabras,
más miedos que miradas,
y una vez más fue imposible descongelar mi corazón.

Cremant la foscor

Resseguint-nos el cel es fa petit
i no sé senyalar cap estel amb el dit
si se m'eriça la pell al teu costat.
He perdut totes les flors
per saber si m'estimes o no:
però saps què? Brillem massa tenint-nos a prop.

Se m'acaben les paraules
per dir-te bonic
així que prefereixo que t'identifiquis
cada vegada que t'escric;
que ja saps: si estem junts no només crema la nit,

però jo sempre la veuré molt més bonica des del teu llit.

Pensando con Froid

Creía haber olvidado la nostalgia de aquellas noches de terraza y vino cuando apareciste con tu media luna improvisada en los labios. Se me volvieron los atardeceres con Ludovico Einaudi dónde no nos hacía falta nada más. Mi mano corría veloz por el papel en blanco y de vez en cuando se cruzaban cuatro ojos medio perdidos que hablaban más que mis líneas de tinta. Tres meses después agradecía que el paisaje se tiñera de blanco y nos uniera por fin el calor de leña quemada. Pero eso no nos acercó lo suficiente, se me empañaron mis gafas sin tu aliento y pensé que el café quemaba demasiado. Fue justo entonces cuando no me molestaron otras manos esperando que las cogiera. Y las cogí, sólo para más tarde darme cuenta que no eran ésas las que me sabían quitar el frío.

Cuerpos inalcanzables de lo subjetivo

Mientras perdamos entre pantallas
el valor de las miradas
no habrá sonrisas
que vayan más allá de las prisas.
Prisas de besos robados,
de senderos abandonados,
de abrazos mal dados.
No habrá atardeceres con banda sonora,
ni labios rozando el viento
ni ojos destellando libertad abrasadora.
Sólo cuerpos inalcanzables de lo subjetivo,
sólo mentes tecleando "qué más dará si no vivo".
Sólo y tan sólo
una soledad acompañada
que pese a lo perdido
sigue compartiendo campo de batalla
con la mismísima cobardía.

Onírica batalla

Si nos volvemos a encontrar será en sueños y nosotros no seremos más que dos almas perdidas que vuelan en el mismo cielo. Pero tengo tu mirada tatuada en los genes y se me folla la nostalgia cada amanecer que intentas -en vano- esconderte detrás de nuestros recuerdos. No olvides pero, que jamás había deseado tanto la muerte a la gracil desesperación, sin embargo con ella no puedo tener ni una pizca de compasión si no es que algun día tus ojos piden tregua en esta guerra que ya tiene ganador.

No t'espantis

Quan ni la música et silencia la ment, quan la nostàlgia t'enverina la mirada i seguidament cau perduda, cansada. Quan et refugies en cels nocturns, grisos i profunds que ploren sense saber de què. Quan la cançó més trista pot obrir-te l'ànima en dos o quan els versos més bonics poden apunyalar-te no només per l'esquena. Llavors no t'espantis, no tota la pluja s'acumula en els teus ulls.

Acudits carnals

Se m'acut dir-te tantes coses: primavera, pluja, llibreta, cançó, poema, llençols.

Se m'acut veure't amb els dits perdent el nord, què més dóna si van cap al foc? 

Se m'acut també escriure't; no a tu, ni per a tu, sinó de tu, ara saps que no t'oblidarà ningú.
Se m'acut que els silencis s'incomodin sols i no només quan tu vols.

Se m'acut viure del teu alè com a regal, no com a deure ni com una conversa banal. 

Se m'acut fer-te somniar robant-te els llavis quan dormis o somniar-te dormint per robar-te'ls.

Potser se m'acut aprendre't per poder sorprendre't, o potser no, per seguir descobrint-te.

Se m'acut canviar-te, -només i com a molt- de roba.

I després se m'acut vestir-te de dolçor si els teus ulls han decidit dir no.

A vegades també se m'acut sentir-me teva, que sentis que algú t'espera sense haver de ser la primera.

Però saps què és el millor? Que em miris morint-te de ganes de fer-me l'amor.

Cou

El cel blau cau
mentre la terra se'm menja.
Cou, em cou la pell i el cervell,
com si es tractés d'una revenja.
Tinc caricatures teves penjades del revés,
que només exageren les il·lusions
i calcades no sé si marxaran mai més.
Ara estan totes barrejades
com si volguessin ser per un cop
raptades, destriades, valorades.
Tanmateix la pluja em mulla a mi,
i això no ajuda a saber
qui necessito al meu camí.

Asombrado

Me gusta cuando corres sin mirar atrás,

cuando suspiras y te rompes sin más, 

cuando se te nubla la mirada hacia el mundo 

y empiezas a llorar callada, mas yo no lo sucumbo. 

Me gustas más cuando escupes palabras 

y bailan con fuego casi armonizadas. 

O cuando te ríes de la vida prevista: 

no hay casualidad más dulce que el amor a primera vista. 

Sabes que me gustas cuando me recitas besos 

(por fin has aceptado que son los más breve versos). 

O cuando se te escapa algún sueño 

y sales disparada preguntándole si tiene dueño. 

Pero aún me gustas más cuando consideras la vida

 una infinita partida 

en qué yo soy el que acepta el fin de ser el comodín, 

o cuando de golpe quieres saltarte las normas 

y por fin decir: 

“somos los dos los que nos despedimos de estas sombras”

Compañera

De amor ya no hablan
sus libros
sus casas
sus ojos,
sólo callan, asustados por las masas.

De guerra ya no cantan
sus noches
sus roces
sus gritos
ahora sólo los silencian,
ahogando una vez más sus voces más tristes.

Mas ellos vuelven a hablar
de viajes
del tiempo
de la maravillosa vida
pero no escuchan,
sólo oyen -cuando no tienen prisa-.

Y para variar, vuelven a cantar
de la risa
del cine
de la moda

¿es que no te das cuenta que no estás sola?
No es tu boca la que les provoca,
sino tu puño levantado que lucha por el ser humano.
¡No creas que lo haces en vano!

Em fa gràcia

Em fa gràcia 

pensar que la desgràcia 

és pròpia de la vida. 

I no és pas mentida 

que avui en sigui el protagonista 

i demà només vulgui perdre'm de vista. 

Però a mi deixeu-me la terra, 

ella, al menys, és de les poques que no m'esquerda. 

Tampoc vull dir però 

que no sàpiga quan dir no 

a una mà ben oberta, 

encara que sempre preferiré una rialla del tot certa 

que pugui enfortir-me el cor 

encara que sigui amor 

la raó del que em tempta.

Enjaulada

Se me colocan los nudillos 

derritiéndose en tu aliento 

de esta mañana inestable. 

Pelo rapado al viento, 

como una jaula 

cerrada sin llave. 

Manos tibias en tus entrañas, 

mojándose bajo un cielo lleno de telarañas. 

Pero ahora no eches de menos 

cualquier posible sendero 

porque yo ya he dejado de poner 

los pies cansados en el suelo.

Amanece

Buscas corazones

que laten en las

avenidas de la muerte, 

pero no hay razones 

para quererlas 

ni para querer detener su suerte. 

Quemas como quema 

el frío hibernal, 

helándote los sesos 

de forma casi fantasmal. 

Pero tú no vas con esos, 

sólo muestras infinitos deseos 

a los que en las copas de los árboles 

duermen sin rodeos 

destrozados como rotos cristales. 

Y miras cada vez con menos ojos 

a las negras sombras 

que te han querido ver desde lejos. 

Y a la vez te asombras 

cada mañana que amaneces 

y no tienes miedo de ver todo lo que creces.

No te quedes callada, quédate con todo

No te quedes callada 

no quieras sin ser amada. 

Que no se esfumen entre tus dedos 

que no se pierdan tus recuerdos. 

Que cicatrices con ellos, 

que te quedes sin frenos. 

Que te mueras por verlos, 

que no te quedes sin versos 

ni tampoco sin besos. 

Que no quieras sin querer, 

que no cierres los ojos para evitar ver. 

Que no tragues si necesitas beber, 

que no te creas todo lo que dicen ser. 

Grítale al mundo que quieres un lugar mejor, 

rebélate con la boca llena de palabras sin ningún pudor, 

muérete si no vas a cambiar nada 

pero no te quedes callada, 

quédate con todo 

todo lo que te hizo no abandonar esta batalla.

Necesidades

Necesito huir.
Huir para salvarme.
Salvarme para volar
y con ello seguir
hacia delante.
Necesito andar
andar para cambiar
este intento de realidad.
Y con ello poder avanzar
hasta que el mundo se apague.
Necesito apagar
todas las luces
para otras encender
aunque por el camino te me cruces.
Necesito volver
volver a ser yo
sin necesidad de volver a nacer
ni de querer volverte a ver.

Caída libre

Caer cuando cae la noche ya no es cuestión de suerte. Ni de orgullo. A lo mejor es que no sé lo que es. Pero no abro los ojos, por si por casualidad te encuentras cerca del precipicio. No sea que caigamos juntos o tropezemos con la misma piedra, no. No sea que además nos intentemos salvar, ya sabes, el uno al otro. Fracaso total. ¿Quién tira de una cuerda que se romperá? Yo no, pero ése ya no es el problema. El problema es que ya no es de noche.

Come back

Will you be there?
Se preguntaba él
con la mirada perdida
en el mantel.
I am here.
Se contestaba ella
mirando una vez más
la misma estrella.
Café cada mañana, el de él.
El de ella: leche con miel.
Pero seguían sin compartir desayunos,
sin quererse echar de menos
-ni de más- para ahorrarse despedidas.
Seguían sin querer compartir ni un sorbito de sus vidas.
Y también seguían soñando
-aunque fuera a escondidas-
con desayunar
momentos sin preguntar
who would have come back first.

Lo veo

Veo que esperando
desesperaré
y, ni puedo
ni quiero.
Veo que desesperando
abandonaré
y no, tampoco muero.
¿Quién abandona por desesperación?
El que tiene miedo a la dependencia,
el que teme a la supervivencia.
Tú lo has hecho,
has desesperado.
Lo peor es que
ni siquiera lo has intentado.
Y ni ella ni yo,
sólo tú
sabrás con qué afirmación
te quedarás.
Espero al menos
que ni yo ni tú,
no hayamos abandonado
aún.

Precipicios

¿Qué sabría ella de la alegría?

si con cuatro palabras

le saltaban las lágrimas.

Y él, ¿él qué sabría de la vida?

a lo mejor menos que ella,

que con las mismas (lágrimas y palabras)

andaba como un alma en pena.

Estaba al borde del precipicio,

al igual que él, ella lo sabía,

pero prefería ser un cobarde

fumándose algo cada tarde

que alzar de una vez por todas la cabeza

aunque fuera, tristemente, con una cerveza.

Lo gracioso, supongo, era

que al igual que ella, él lo sabía,

y finalmente, sin remilgo alguno,

tuvo que preguntarse:

¿qué sabré yo de la valentía?

"Poseía poesía"

"Poseía poesía", o eso decían,
bonitas palabras que te describían.
No querías cogerlas, hacerlas tuyas,
así que te limitaste a asentir.

Qué difícil encuentro, el nuestro.
Los dos tan distintos, a veces,
y tan parecidos, a otras.
Qué fácil encuentro, el vuestro.

Callábamos por no hablar,
hablábamos por no callar,
aunque era más sensato no sobreactuar.

¿Y ahora qué? Solos no estamos,
pero puede que acompañados tampoco,
y nos limitamos a asentir.

Abro los ojos, rojos de ti

Abro los ojos, rojos de ti
rojos de ganas de verte
de verte con esos
ojos verdes, claros
de luces que ven.
Encendidas dentro de mí,
de ti,
de nosotros.
¡Qué mal camino!
no vamos a encontrarnos.
Así que
prefiero sanar el rojo
pero ¡ojo! no creas que dejaré
de verte con esos
ojos verdes, claros
de luces que ven.

Ya me iba

Ya me iba. No sé dónde ni cómo pero me iba. Estaría bien poder encontrarme, porque creo que se ha fugado hasta la dulzura de mi mirada. Ahora tiene un gusto amargo, como el café sin azúcar. Sin azúcar me he quedado, pero porque tú has querido. Tengo sueño y los ojos muy abiertos, ¿qué es eso? ¿El café? Pues no, eres tú. Me gustaría entrar dentro de mí para poder coger todos los pedazitos y pisarlos bien fuerte, a ver si reaccionan que ya va siendo hora. Hora de comerme al mundo y no a mí. Pero ya no tengo hambre, al menos no de eso, bueno ni de nada. Siempre había creído que engañarse ayudaba pero no había pensado que mis mentiras quisieran ahogarme. Ahora sólo necesito aire. Aire endulzado a poder ser, que de amarguras ya he tenido bastantes.

En fin, que yo ya me iba, pero has vuelto tú.

Fueron

Fueron.
Nunca habían querido
pero se quisieron.
Aunque se les fuera
la vida por fuera,
aunque se quisieran
más de lo querido,
aunque no necesitaran
quererse, habían sido.

Y con eso se quedaban
con el valor de lo que es nada,
que a veces se quiere
y otras se muere.
Pero ellos habían querido
y con todos los aunques,
muertos o vivos,
sí; ellos habían sido.

¿Quedarte conmigo?

No quieras seducirme sin llegar a mí,
de verdad, no quieras.

Como quien llega a las estrellas sin tocarlas,
y es que todos desprendemos luz, ¿sabes?

No pretendas dibujarlo todo en el cielo
de verdad, no pretendas.

Como si en el cielo fueras
a encontrarte con alguien mejor.

No intentes cogerme de la mano cuando alce el vuelo,
de verdad, no intentes.

Como si nos atara algo
mejor nada, ¿no crees?

No quieras quedarte conmigo
nadie podrá conseguirlo
así que

de verdad,

no quieras, ni pretendas, ni intentes.

Aire

I aquí em trobo: agafant aire de la teva boca. No era el meu objectiu, ni tan sols ho havia imaginat, no et pensis. Però bé, hi ha moments que és millor no pensar, no trobes? El que passa és que ara penso en tu. Espera. Potser ara tocava que no pensés. Ja m'he perdut, però en fi, més perduda estava. I no, no espero ni vull que em guiïs, però acompanya'm. No sé on, però espera'm. Sé que les estaràs esperant, segur. Esperant les meves mans; i qui sap què més. Tampoc vull saber-ho. Ni vull esperar-te, ni que m'esperis. És relatiu això de voler. Sempre m'ha fet gràcia dir "no vull enamorar-me", com si pogués evitar-ho! I no, no vull però aquí em trobo: agafant aire de la teva boca.