dimarts, 6 de maig del 2014

Enjaulada

Se me colocan los nudillos 
derritiéndose en tu aliento 
de esta mañana inestable. 
Pelo rapado al viento, 
como una jaula 
cerrada sin llave. 
Manos tibias en tus entrañas, 
mojándose bajo un cielo lleno de telarañas. 
Pero ahora no eches de menos 
cualquier posible sendero 
porque yo ya he dejado de poner 
los pies cansados en el suelo.

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