que laten en las
avenidas de la muerte,
pero no hay razones
para quererlas
ni para querer detener su suerte.
Quemas como quema
el frío hibernal,
helándote los sesos
de forma casi fantasmal.
Pero tú no vas con esos,
sólo muestras infinitos deseos
a los que en las copas de los árboles
duermen sin rodeos
destrozados como rotos cristales.
Y miras cada vez con menos ojos
a las negras sombras
que te han querido ver desde lejos.
Y a la vez te asombras
cada mañana que amaneces
y no tienes miedo de ver todo lo que creces.
No em canso de llegir-lo. Ja et vaig dir que tenia moltes interpretacions, i podies pensar-hi sobre molts temes. :-)
ResponEliminaMoltes gràcies bonic :)
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