dimarts, 26 de setembre del 2017

Luna nueva

Pensaba que los miedos
se iban cuando te encontrabas
y podías hablarte.
Pero era cuando más presentes estaban
y sobraba la rabia,
la mentira,
las palabras en cada esquina.
Todo. Nada.
Aún me acuerdo de recitarte
cada noche de luna nueva,
decías que se veían más las estrellas.
Y tenías razón,
que el tiempo corría
pero éramos nosotros que no lo parábamos,
era el viento en la cara quien no nos dejaba,
y sin quejarnos respirábamos acelerados
como si no hubiera otra forma de hacerlo.
Al final no sé qué me aterraba más:
si seguir soñándote
o contar 28 días de espera,
para que lo primero no fuera necesario,
para que lo primero ya no valiera la pena.

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