dimecres, 1 de novembre del 2017

Con los ojos cerrados

A veces se nos iba de las manos,
eso de sentir tanto
con los ojos cerrados.
Y en realidad era poco lo que conocíamos:
tres o cuatro milésimas de segundo,
en que nos comíamos, el mundo,
dos precipicios
y un llanto desesperado.
Eso sí, ninguna canción de amor.
Totalmente contraproduente.
Ahora ya no es necesario ni buscarla,
ahora parece que todas nos pertenecen.
Aunque se escondan en esa playlist abandonada,
detrás de los cascos en días lluviosos
o dentro de las bolas de las discotecas enlatadas.
Todas terminan con ese silencio extraño.
Ese eco guardado detrás de las pestañas en un día raro.
Y es que a veces se nos iba de las manos,
eso de sentir tanto
con los ojos cerrados.

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